Ella es una gran buscadora de fotos vivas, escritora de sueños y
realidades, se la puede encontrar recorriendo sus rincones de buenos
Aires, donde se sienta a respirar atmósferas, tomar café, leer y
escribir cada vez que la tinta la toma por asalto. Recorrió con sus
generosos ojos cada centímetro de su historia, cada minuto de los
rostros en los que fue depositando lo mejor de ella. Y lo plasmo en su
calidoscópica memoria.
Sentada en alguna de sus trincheras, mas alejadas de ella, supo depositar otro pedazo de su corazón, por que la diferencia los acercaba, lo vio sentarse día a día en su pequeño cono de luz y sombras, donde compartieron miradas, silencios y complicidades.
El, caminador incansable, buscador empedernido, de lo que no pudo depositar en nadie, gran escapista de sus propias carencias, recorría la ciudad buscando eso que el tenía dentro suyo, su choque fue una fugacidad repetida sin tiempo, pero ella no sabía esconderse ni el sabía buscar.
Así fue como el se quedo con su imagen, la que ella había depositado, y ella se quedó con su vacío,
De esa manera nunca mas pudieron separar sus pensamientos.
Sentada en alguna de sus trincheras, mas alejadas de ella, supo depositar otro pedazo de su corazón, por que la diferencia los acercaba, lo vio sentarse día a día en su pequeño cono de luz y sombras, donde compartieron miradas, silencios y complicidades.
El, caminador incansable, buscador empedernido, de lo que no pudo depositar en nadie, gran escapista de sus propias carencias, recorría la ciudad buscando eso que el tenía dentro suyo, su choque fue una fugacidad repetida sin tiempo, pero ella no sabía esconderse ni el sabía buscar.
Así fue como el se quedo con su imagen, la que ella había depositado, y ella se quedó con su vacío,
De esa manera nunca mas pudieron separar sus pensamientos.
